Tokio, 20 jun (EFE).- Un videoclip donde aparecen habitantes de Fukushima bailando para reivindicar «el lado feliz» de esta región nipona castigada por el accidente nuclear de 2011, se ha convertido en un fenómeno en las redes sociales en Japón.
El video muestra a estudiantes, monjes budistas, cocineros u oficinistas danzando al ritmo de «Happy» -el éxito de Pharrell Williams- en escenarios urbanos y naturales de Fukushima, una imagen muy poco habitual de esta región conocida internacionalmente por albergar la accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi.
«Incluso después del accidente nuclear, mucha gente ha podido llevar vidas normales y felices. Queríamos mostrar al mundo la atmósfera feliz en la que vivimos», afirma en su blog la autora del vídeo, Hitomi Kumasaka, realizadora aficionada y «community manager».
El videoclip, difundido por Kumasaka a comienzos de mes, supera los 320 mil visionados en Youtube y cuenta con una etiqueta propia en Twitter -donde también se convirtió en «trending topic»-, mientras que su creadora ha recibido el apoyo de decenas de miles de personas a través de su perfil de Facebook.
Unas doscientas personas participaron en la realización del video de forma voluntaria, según relató Kumasaka, quien decidió llevar a cabo el proyecto tras cansarse de las polémicas y de la «imagen negativa» o «simplificada» que daban los medios de comunicación.
Entre los protagonistas hay un padre de familia que aparece bailando con su esposa y su hijo pequeño, y que decidió quedarse en la prefectura tras el accidente nuclear, pese a su «preocupación» por los posibles efectos de las radiaciones, explica la autora en su blog.
«Mudarse es muy difícil cuando hay que decidir qué hacer con el trabajo y la familia. No hay una solución clara», afirma en este sentido Kumasaka, quien añade que en Fukushima, al igual que en otros lugares, convive «gente feliz y gente infeliz».
Otro de los momentos más comentados del vídeo es la vistosa coreografía de un grupo monjes del templo budista de Jorinji, que trabajan ayudando a las víctimas de la catástrofe acaecida el 11 de marzo de 2011.
El incidente nuclear provocó la evacuación de unas 80 mil personas en la región, mientras que el terremoto y el tsunami dejaron más de 18 mil 500 muertos en todo el país.
Unos 50.000 residentes de los municipios más cercanos a la planta nuclear continúan evacuados debido a las emisiones radiactivas, que también han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local. EFE